miércoles, 30 de mayo de 2012

El Rocío y sus gentes

"Me voy al Rocío"
Una frase que acarrea consecuencias ligadas al disfrute de una fiesta sin igual. Suele levantar en los demás pensamientos de envidia seguidos de comentarios inoportunos por no conocer esta gran romería.
El domingo a mediodía, después de realizar un reportaje, viajé hacia a la aldea. Era de prever  que la cita iba a ser multitudinaria, más 5oo.ooo personas en la madrugá del lunes reforzaba el hecho de ser una romería de importancia mundial. Hermandades desde Almonte hasta Bruselas estaban representadas.
Este año los almonteños, mejor organizados, no dejaban entrar al forastero para tocar el varal, el apasionamiento dió lugar a más de una reyerta con puños de por medio que inexplicablemente acababan en paz con muestras de cariño a través de un simbólico abrazo. No querían mas sucesos como los del pasado año donde se rompió uno de los varales, una gran tragedia para los romeros. Yo alucinaba, era mi primera visita en romería.
Los niños de todas las edades llegaban a la virgen para tocar su manto. Lógicamente, casi todos menos alguno que lo pasaba bien en el peculiar paseo hasta la imagen, lloraban desenfrenadamente sin consuelo.
Para mis adentros un miedo atroz y un "que se va a caer" no paraba de dar vueltas en mi incomprensión de aquel hecho, lo que dio lugar a un comentario a un amigo rociero que me explicó que si cayera una mosca no llegaría al suelo, no hay hueco, están súper "apretaos". Realmente lo piensas y es científicamente improbable. ¡Qué cosas!
En ocasiones, sin buscarlo, la Virgen del Rocío venía hacia mi acompañada de sus guardianes en forma de marabunta, nada protocolarios,  salía despedido como si de un peluche se tratase, en esos momentos y estando de extraño es una vivencia cercana al pánico. Después te acostumbras al zarandeo, pero mientras tanto la falta de aire, el sudor que no para, y la claustrofobia que se supone que no tienes están más latentes que nunca.
Lo principal, a pesar de todo, es que he disfrutado experimentado la vivencia y haciendo fotografías.
Y como siempre, cuando hay pasión y fervor, en lo que los andaluces somos pioneros, hay escenas únicas e inigualables, y por lo tanto muy fotogénicas.


miércoles, 23 de mayo de 2012

Trípticos



Cámara Pentax
óptica  35mm
Película negativa color
Escaneada