Siento que se me va la vida y no llegará ese momento en que haga lo que piense. No hay que pensar demasiado.
Nos debemos a nuestras ilusiones, a nuestros sueños y hay que marcar tiempos. No somos eternos. Debemos despertar de ese letargo infernal que nos ahoga, que nos pone una y otra vez la zancadilla para que nos cueste trabajo levantarnos y seguir adelante. Si es preciso hay que aprender a volar, a andar por encima de las aguas, porque soñar es a veces una necesidad y un reto vital.
Me daré un tiempo porque la vida sigue y a veces creo que aqui no hay nada que me retenga. Se que es lo que quiero, solo me falta hacerlo.
Quiero apoyarme en ti porque eres una de mis ilusiones, porque eres lo que necesito para seguir adelante, porque me has enseñado a recordar que el amor existe, se comparte y se disfruta aún en la lejanía.
Me siento bien teniendote en mis pensamientos dia a dia, a veces cada momento. Pienso mucho en ti.
Viajar hacia lo desconocido, disfrutar de una noche de estrellas en medio de un paisaje maravilloso. Tenerte entre mis brazos.
Nada es imposible, pero hay veces que las ilusiones desaparecen sin cumplirlas y es cuando llama a mi corazón la tristeza ya olvidada, e intento reponerme sacando la cabeza de entre los hombros y pensando, hay que seguir hacia delante, la vida no acaba aqui, ni las ilusiones tampoco.
Se acaba el tiempo, se acaba la esperanza, pero no la pasión no correspondida que a veces sobrevive sola, no le importa. Aunque estaría bien pensar en ser alguna vez correspondido con una frase de cariño, un simple te quiero pero sincero.
